5 preguntas y respuestas sobre la farmacovigilancia veterinaria
La influencia positiva de los animales en la salud y bienestar de los seres humanos es bien reconocida y comprende los aspectos psicológico, fisiológico, terapéutico y psicosocial. Numerosos son los estudios que han demostrado como las mascotas influyen de manera positiva en la salud y en el bienestar humanos.
Para cuidar la salud de los animales los laboratorios farmacéuticos han ido desarrollando una división de medicamentos veterinarios preocupándose entre otras cosas por la seguridad de los medicamentos veterinarios. La farmacovigilancia veterinaria es la actividad de salud pública, sanidad animal y protección del medio ambiente que tiene por objetivo la identificación, cuantificación, evaluación, prevención y minimización de los riesgos derivados del uso de los medicamentos veterinarios una vez comercializados1.
La farmacovigilancia de medicamentos de uso humanos es bien conocida, pero ¿qué diferencia existe frente a la farmacovigilancia veterinaria?
1. ¿Cómo se reportan los casos?
En la farmacovigilancia veterinaria cambian las reacciones adversas a reportar; hay que tener en cuenta varios aspectos: si una persona ingiere el medicamento veterinario, los posibles problemas medioambientales que ese medicamento puede causar o problemas relacionados con los tiempos de espera, que pueden llevar a la posibilidad de que haya residuos en alimentos2.
La forma de reporte debería ser más específica y exacta que la humana. La notificación se realiza a través de la tarjeta verde. Lo pueden realizar los propietarios de animales y los profesionales sanitarios. Se puede enviar a la AEMPS o Vigia-vet (base de datos nacional de farmacovigilancia)3.
2. ¿Cómo se evalúan los medicamentos veterinarios?
Los medicamentos veterinarios, a diferencia de los humanos, tienen que atender a efectos relativos a su uso con consecuencias sobre la salud pública, la sanidad animal y el medio ambiente.
Para garantizar la salud pública, en los medicamentos veterinarios destinados a animales productores de alimentos, se establecen los Límites Máximos de Residuos (LMR) y los tiempos de espera que deben transcurrir entre el tratamiento de los animales y la posible obtención a partir de los mismos de alimentos aptos para el consumo4.
3. ¿Se regulan igual que los medicamentos de uso humanos?
A consecuencia de los factores a tener en cuenta de los que ya hemos hablado, y que, de alguna manera nos involucra al ser el último eslabón en la cadena alimentaria5,4, la regularización de los medicamentos veterinarios debe de ser más estricta.
4. ¿Debería el uso fuera de indicación estar autorizado?
Debido a la falta de registro de los medicamentos veterinarios para determinadas especies y/o patologías, está ampliamente extendido en algunos sectores de la medicina veterinaria. Esto hace que el seguimiento de una sospecha de reacción adversa sea más difícil de seguir. La Asociación Mundial de Veterinarios considera que “debido a la amplia gama de especies animales que necesitan tratamiento, los veterinarios también deben estar autorizados a usar o prescribir, excepcionalmente, agentes terapéuticos aprobados fuera de registro, es decir, de una manera que no coincida con la ficha técnica del producto»6.
5. ¿Qué relevancia económica tiene la Farmacovigilancia Veterinaria?
Otro punto que merece la pena mencionar es que, en general, la medicina veterinaria tiene una menor importancia económica, aunque cada vez se encuentra más a la par con la humana. Sin embargo, se destinan menos recursos en la investigación de nuevos fármacos. Esto, junto con una escasa sensibilización social, hace que la farmacovigilancia veterinaria quede en un segundo plano en comparación con la humana.
La farmacovigilancia veterinaria ha ido evolucionando mucho en los últimos años, pero es necesario más rigor y velocidad a la hora de notificar y reportar. Los profesionales sanitarios deben recibir más ayuda y formación para realizar todas las notificaciones que se requieren. Todo ello siempre pensando que la finalidad última es conseguir medicamentos veterinarios seguros y eficaces, mejorando así la salud y el bienestar de los animales y, en consecuencia, del ser humano.